El glaucoma es una enfermedad de los ojos que puede producir un daño irreversible del nervio óptico (el nervio que recoge los impulsos generados con la visión y los transmite hasta el cerebro) y si no es correctamente tratada conduce a una pérdida progresiva de la visión y a la ceguera. Es producido por un aumento de la presión intraocular (la presión en el interior del ojo).
El glaucoma suele evolucionar sin síntomas por lo que, al no ocasionar molestias, la persona que lo padece puede consultar al médico cuando ya es demasiado tarde.
Generalmente el glaucoma afecta a los dos ojos, aunque puede ser más grave en uno que en el otro. Representa la segunda causa de ceguera irreversible en el mundo luego de la retinopatía diabética.
Existen diversos tipos de glaucoma. Su diferenciación es importante en cuanto a pronóstico y tratamiento:
El glaucoma de ángulo abierto es la forma más común de la enfermedad. El glaucoma de ángulo abierto no presenta signos de advertencia ni síntomas obvios durante etapas tempranas. El ángulo de drenaje formado por la córnea y el iris permanece abierto, pero la malla trabecular está parcialmente bloqueada. Esto hace que la presión ocular aumente gradualmente. Esta presión daña el nervio óptico.
En la medida en la que la enfermedad progresa, aparecen puntos ciegos en la visión periférica (lateral). Sucede tan lentamente que se puede perder la visión incluso antes de que usted sea consciente de que hay un problema! La mayoría de las personas con glaucoma de ángulo abierto no notan ningún cambio en su visión hasta que el daño es bastante avanzado. Por este motivo al glaucoma se le llama «ladrón silencioso de la visión.
El glaucoma de ángulo cerrado es un tipo de glaucoma también llamado glaucoma de ángulo estrecho que se produce cuando el iris sobresale hacia adelante para estrechar o bloquear el ángulo de drenaje formado por la córnea y el iris. Como consecuencia, el líquido no puede circular por el ojo y la presión aumenta. Algunas personas tienen ángulos de drenaje estrechos, lo que las predispone a un gran riesgo de tener glaucoma de ángulo cerrado.
El glaucoma de ángulo cerrado se puede producir de manera repentina (glaucoma de ángulo cerrado agudo) o de manera gradual (glaucoma de ángulo cerrado crónico).
El glaucoma de ángulo cerrado agudo es una emergencia médica. Las personas con ángulo cerrado por lo general no muestran síntomas antes de un ataque. Algunos de los síntomas iniciales de un ataque pueden incluir visión borrosa, halos de luz, dolores de cabeza leves o dolor en el ojo. Las personas con estos síntomas deben ser examinadas por un oftalmólogo tan pronto como sea posible, con el fin de ser tratadas oportunamente. El tratamiento más frecuente es con rayo láser (iridotomía periférica)
En el glaucoma de tensión normal, el nervio óptico se daña a pesar de que la presión del ojo se encuentra dentro del rango normal. Se desconoce la causa exacta. Es posible que usted tenga un nervio óptico sensible o que le llegue menos sangre al nervio óptico. Esta circulación sanguínea limitada podría ser producto de la aterosclerosis, la acumulación de depósitos de grasa (placa) en las arterias, u otras afecciones que dificultan la circulación.
El glaucoma neovascular (GNV) es un glaucoma secundario por diferentes causas. La principal causa de GNV en México es la Diabetes Mellitus de larga evolución.
Su tratamiento depende del origen y el grado de severidad de la enfermedad, enfocándose primero en la causa subyacente y luego en el tratamiento del glaucoma neovascular, incluyendo la inyección intravítrea de medicamentos llamados anti-VEGF (como el bevacizumab), la fotocoagulación panretiniana (PRP) y el endoláser.
Los pacientes con glaucoma neovascular en estadio II o III generalmente requieren tratamiento complementario del glaucoma con medicación y, a menudo, con cirugía.
El tratamiento del glaucoma de ángulo cerrado es diferente al del glaucoma de ángulo abierto. El tratamiento inmediato es necesario para reducir la presión ocular y evitar daños permanentes en la visión. El tratamiento puede incluir medicamentos para bajar la presión intraocular, así como un procedimiento láser para crear una abertura en la cámara anterior del ojo para permitir el flujo normal del líquido. En casos graves, puede ser necesaria una cirugía para drenar el exceso de líquido. Es importante seguir las indicaciones del médico y tener en cuenta los riesgos y beneficios antes de elegir un tratamiento.
ISO 45001
ISO 14001:2015
ISO 9001:2015
Iridotomía periférica Con Yag laser: Se realiza con el Yag laser una salida alternativa del humor acuoso para favorecer el drenaje de dicho humor y disminuir la presión intraocular.
Trabeculoplastia laser Selectiva (SLT): Consiste en aplicar el láser directamente sobre la zona de filtración del ojo, el trabeculado, con el fin de aumentar el flujo de salida del humor acuoso y, así, disminuir la presión intraocular.
Válvula de ahmed: El implante de válvula de Ahmed es una opción para disminuir la presión intraocular, su implantación se realiza de manera ambulatoria. Las indicaciones son variables, depende de cada caso y según el paciente.
MicroPulse ,terapia láser transescleral de micropulso, o MP-TLT: Es una gran herramienta por varias razones: es eficaz, la tasa de complicaciones es muy baja y el dolor postoperatorio suele ser insignificante. Es un procedimiento rápido y fácil de encajarlo en su agenda, solo toma un par de minutos.
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